Lydia Blanco Gala
Sara Núñez de Arenas es emprendedora en la industria cultural española. Licenciada en Historia del Arte, actriz, productora y dramaturga, creó su proyecto “La Conocida Producciones”, donde realiza diversas actividades relacionadas con el mundo del espectáculo.
Ante todo, muchísimas gracias por dejarnos estar contigo, ya sabes que desde Púrpura nos gusta mucho dar voz a mujeres emprendedoras, y hemos empezado contigo esta nueva sección de entrevistas telemáticas.
¿Has estado siempre atraída hacia el mundo dramático?
Pues yo creo que fue una cosa de pequeña. Me molaba un montón la idea de ser actriz, pero también quería ser arqueóloga, pintora… quería ser de todo. Después se me olvidó completamente que me gustaba el teatro hasta el último año de carrera, que me reencontré con él y dije: “¡Uy! Si esto me gusta”. Pero nunca pensé de pequeña que me dedicaría a ello.
¿Por qué Historia del Arte?
Porque suspendí selectividad. Yo quería hacer trabajo social, comunicación audiovisual (como en mi generación todo el mundo), publicidad, periodismo… Y la última que había puesto era Historia del Arte. Gracias a la malísima media que tenía en selectividad, me cogieron (y menos mal) en Historia del Arte y me hicieron un favor. Me encantó la carrera.
¿De qué forma te han ayudado estos estudios?
Lo mejor de la universidad… para mí ha sido vivir la experiencia universitaria. Con todo lo que eso conlleva, y que no solamente pasa en clase. He tenido profesores fantásticos, profesores aburridísimos… con algunos de ellos sigo manteniendo relación. De repente se te abre un espacio lleno de un montón de gente interesada en algo que a ti también te interesa. Lo mejor es salir de tu zona de comfort, yo en mi caso fui al mismo colegio desde los 4 hasta los 17 años, entonces el ir a la universidad fue para mi toda una innovación. Y bueno, Historia del Arte me ha servido para todo, porque la Historia del Arte está en todo.
He visto que has participado en un spot para Oysho. ¿Te gustaría que tu carrera avanzara hacia el mundo del cine o de la televisión, o prefieres quedarte en los escenarios?
Yo llevo bastante tiempo sin “interpretar” como tal. He dedicado mi carrera más a la dirección, producción, a la dramaturgia… Pero si llegara el cine a mi vida, ¡pues qué maravilla! Lo del anuncio de Oysho fue muy inesperado, cosas que pasan. Nunca sabes. Si me viene y es bonito, pues lo haré.
“Yo recomiendo coger nuestros clásicos infantiles y darle una vista de nuevo con lo que sabemos ahora, a ver qué pasa”
¿Puedes hablarnos un poco sobre tu proyecto, “La Conocida Producciones”?
Bueno, La Conocida Producciones lleva ya seis años (llevo yo seis años, ha habido gente que ha ido yendo y viniendo). Empezó siendo una cosa y va cambiando según lo que me apetece a mí hacer, la verdad… (ríe) Es una productora de teatro, un lugar que une distintas cosas que tienen que ver con las artes escénicas, aunque también hemos hecho cosas relacionadas con lo audiovisual, con el texto, la literatura… Me gustaría llamarlo más como un “colectivo” o como un punto de encuentro para muchos artistas a lo largo de estos seis años.
Cuéntanos un poco de la trayectoria. ¿qué te llevó a crearlo? ¿ha sido duro?
¡Uf! A ver, más duro… Yo soy una “súper hiper privilegiada”, soy una mujer, pero una mujer cis, blanca, vivo en el primer mundo… Ya de por sí dedicarse a la industria cultural en España es muy difícil. Yo quería crear una “empresa” que funcionase ayudando a otras personas con servicios de teatro: haciendo carteles, gestionar su obra, su gira… Y a partir del dinero que sacáramos de eso, hacer nuestras propias producciones. Eso fue un fracaso. Quiero decir, no saqué mucho dinero de ello, a día de hoy todavía no he podido vivir económicamente de La Conocida. Aunque sí pudimos empezar a hacer nuestras producciones. En 2016 hicimos nuestra primera obra, que dirigí yo con Macarena Regueiro y con Pilar Baeza.
¿Qué es lo que más te preocupaba en el momento de fundarla?
Tenía muchas dudas (pero las sigo teniendo) a nivel administrativo, porque tenía mucho desconocimiento. Mi consejo para las chicas que queráis emprender, es que seáis responsables de vuestro propio proyecto y que seáis plenamente conscientes de lo que estáis haciendo. Es importante que llevéis un control sobre esas cosas para que no os llevéis sorpresas. Pero vaya, si queréis montar cualquier cosa, empezad y luego ya veréis cómo vais organizándoos. Yo sigo así, llevo 6 años, y no me ha ido mal. Me lo he pasado muy bien haciéndolo.
¿Consideras que has tenido más dificultades para emprender por el hecho de ser mujer?
Claro. He tenido las dificultades con las que se puede encontrar cualquier mujer en cualquier trabajo. Hay machismo en las artes escénicas como probablemente lo habrá en el derecho penal o en el mundo de la agricultura. Me he encontrado con problemas por ser una mujer y me he encontrado con problemas por ser una chica joven en un mundo que está liderado sobretodo por hombres mayores. Muchas veces no me han tomado muy en serio, o me han frivolizado por ser una chica, o se han permitido ciertas licencias… Pero no creo que más que otra chica en cualquier otro oficio.
Me ha pasado de ser yo la programadora del espectáculo de un músico y que me dijera: “oye guapa, ponme un café”. Yo le ponía el café… O “ponme una cerveza”. Y yo se la ponía. Entonces luego me decía “¿dónde está el jefe?” y yo decía “soy yo”
En Púrpura consideramos que la escasez de emprendedoras es similar a la escasez de directoras de cine: se debe a la falta de referentes. ¿Alguien te animó más que otras personas a pegar ese salto al vacío?
La suerte que yo he tenido ha sido mi familia, nunca me ha dado la sensación de que yo no pudiera hacer lo que quisiera. Muchas cosas, de haber sabido lo que son, no las hubiera hecho hace seis o siete años. Hubiera dicho “¿dónde vas, loca? A ver, ¿en qué te estás metiendo?” Pero me metí, y me sigo metiendo en estos jardines porque no sé que no se puede hacer. Hasta que no me doy contra la pared tres veces no paro, y ya cuando me doy cuenta de que me estoy dando… pues sigo. Me cuesta mucho frenar cuando ya debería haberlo hecho. En definitiva, me han ayudado mucho mi familia y mis amigos, que han confiado siempre en mis proyectos.
¿Has vivido algún episodio machista en el teatro, o en el proceso de formación del proyecto?
Muchas veces. No conozco a ninguna mujer a mi alrededor que NO haya sufrido un episodio de acoso, que es lo mínimo. Me ha pasado con un director de teatro que tuve que se tomó ciertas licencias conmigo. Me ha pasado de estar trabajando en teatro también, ser yo la programadora del espectáculo de un músico y que me dijera: “oye guapa, ponme un café”. Yo le ponía el café… O “ponme una cerveza”. Y yo se la ponía. Entonces luego me decía “¿dónde está el jefe?” y yo decía “soy yo”. Eso es lo más light, ¿no? Pero sí, me ha pasado mogollón de veces.
“Hay machismo en las artes escénicas como probablemente lo habrá en el derecho penal o en el mundo de la agricultura”
En el listado de personas con las que has trabajado, solo aparecen dos mujeres. ¿Crees que el mundo del teatro es un mundo de hombres?
A lo mejor es que he trabajado como colaboradora en proyectos más grandes y han estado formados por más hombres. Pero en mis equipos la mayor parte son mujeres, siempre, en todo. El primer proyecto estuvo formado íntegramente por mujeres y en casi todos ha habido siempre más mujeres que hombres. Creo que en las artes escénicas, fundamentalmente las consumidoras de teatro son mujeres. Hay muchas mujeres trabajando como técnicas, dramaturgas… Es verdad que cuando yo llegué a este mundo había muy pocos referentes femeninos, o no eran tan valorados. Van entrando nuevas generaciones y se van abriendo nuevas puertas.
¿Dónde te gustaría que La Conocida acabara?
Se que se acabará y montaré otra cosa, a lo mejor de aquí a dos años estoy en una granja, no sé qué va a pasar. Me haría muy feliz poder vivir de mi trabajo y de los proyectos creativos que hago. Pero si no puede ser y vivo de otra cosa, lo seguiré haciendo. Me gustaría poder seguir compartiendo y creando juntos como hemos hecho hasta ahora.
“Me gustaría llamarlo más como un “colectivo” o como un punto de encuentro para muchos artistas a lo largo de estos seis años”
¿Dónde crees que va a acabar La Conocida?
No lo sé. No sé si voy a transformarlo todo. La línea con La Conocida va muy pegada a mi línea vital. Si de repente me pongo a dar clases, lo enfocaré hacia la docencia. Va en función un poco de lo que a mí me va apeteciendo en cada momento, entonces, como no tengo ni idea de lo que voy a hacer mañana, te lo juro… No soy capaz de decir cuándo se va a volver a hacer teatro en España, no sé cuándo volveremos a hacer teatro. Así que no lo sé. ¡Yo creo mucho en el misterio! Yo no trabajo con el pensamiento de “quiero llegar ahí”. Porque si no, todo el camino me voy frustrando.
¿Tienes algún libro o película feminista referente para ti?
Libro feminista… “Oculto Sendero”, de Elena Fortún. Es un poco su biografía pero hecha ficción, ya que habla de ciertas cosas de las que no se podía hablar en la época. Es un libro precioso, lo recomiendo un montón. Y en cuanto a película, os diría que es muy interesante repasar vuestros clásicos infantiles. Mi favorita de pequeña era La Bella y la Bestia, y es muy interesante plantarse delante de esa película con nuestra edad ahora (yo tengo 31) y ver un poco de qué nos está hablando realmente. Yo lo veía y decía “este hombre, es una bestia pero en realidad tiene un corazón dentro” o “me están maltratando pero en realidad no pasa nada porque él tiene un hombre bueno dentro”. Yo recomiendo coger nuestros clásicos infantiles y darle una vista de nuevo con lo que sabemos ahora, a ver qué pasa.
¿Puedes compartir un recuerdo feliz que tengas del teatro?
El último recuerdo feliz que tengo del teatro ha sido yendo al teatro. El último espectáculo que vi fue No solo duelen los golpes, de Pamela Palenciano, que recomiendo muchísimo, y fui con unas amigas, y compartimos cosas importantes entre nosotras. Fuimos muy felices en y después de ir al teatro. Fue la última vez que fui y es que ¡ahora mismo no sé cuándo voy a poder volver a ir! Mi último momento feliz en el teatro ha sido como espectadora.
¿Un recuerdo triste?
Cuando vuelves a un teatro en el que has trabajado, ahora vacío. Es una cosa muy potente, porque de repente ves por las escaleras entrar a la gente que viste, que quisiste, con la que compartiste cosas… ¡Pero no hay nadie en ese espacio! La sensación de teatro vacío es triste. Mi último recuerdo triste ha sido que hemos estado ensayando una obra en uno de los colegios donde doy clase que no hemos podido hacer. Era nuestro primer musical y nos hacía muchísima ilusión, llevamos cantando todo el año Grease. Ha sido muy raro, nunca me había pasado el no poder mostrar algo que había empezado a hacer.
¿Puedes decir algo que te enfade del mundo del teatro?
Lo que te puedo decir que me enfada en realidad es algo que me enfade de mí misma en el teatro. Me enfada cuando soy cínica. Cuando soy excesivamente crítica y no soy capaz de ver el inmenso trabajo que lleva hacer cualquier cosa en el teatro, hasta el espectáculo más espantoso suele llevar un curro detrás brutal. A veces me cabrea de mí no ser un poco más humilde, un poco más sincera con lo que sé que es el trabajo. El llegar a ser cínica y menospreciar el trabajo de los demás.
¿Algo que ames del teatro?
Estar juntos. El teatro es una cosa que no se puede dar si no hay encuentro. Como escritora o como dramaturga te puedes estar peleando tú sola en tu casa, con los actores te puedes pelear en los ensayos, pero hay un momento de “comunión mágica” en el que de repente todo lo que has trabajado solo y con los actores se pone en contacto con el público. Y ahí nunca sabes qué coño va a pasar. Siempre es un salto al vacío total. Y eso a mí me pone muchísimo. Me muero de miedo, pero me flipa ese momento de [coge aire]. Pero me lanzo.
“La sensación de teatro vacío es triste”
A los lectores, recomendamos muchísimo tanto la página de La Conocida Producciones (www.laconocida.com) como los Instagram de Sara (@saradearenas) y de La Conocida (@laconocidaproducciones), donde tenéis un club de lectura. ¿no?
¡Sí! Se llama “El Club de Lectura de los Confines”, porque durará el tiempo que dure el confinamiento. Estamos haciendo un club de lectura los sábados y los miércoles a las 17:00 con Soraya García, y yo misma, que me suelo caracterizar un poco de los personajes que tocan. Solo tenéis que leeros el cuento, que está en internet, y podéis entrar, participar… totalmente gratuito.
Muchísimas gracias, Sara, y a La Conocida Producciones por colaborar con nosotras. Os deseamos mucha suerte a la vuelta a la normalidad.
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