[MODA]
Colaboración con Lucía Ruíz-Capillas Sánchez, comunicadora especializada en moda
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Las semanas de la moda han hablado en un año inusual para la industria, muy fuertemente golpeada por la crisis de la covid. Las tendencias de Primavera/Verano 2021 señalan que, las maxi blazers con hombreras, los tonos sorbete y los pañuelos en la cabeza como complemento formarán parte de muchos armarios esta temporada. En paralelo a lo puramente estético, llegan para quedarse conceptos como el upcycling, que entidades como Vogue ya denominan “la mayor tendencia de la temporada Primavera/Verano 2021”.
Upcycling = actualizar y reciclar
Etimológicamente, upcycling procede del inglés, un híbrido de las palabras upgrade (actualizar, mejorar) y recycling (reciclar). Cada vez suena más la palabra en la industria pero… ¿sabrías explicar realmente lo que es? El upcycling o suprarreciclaje −también conocido como reutilización creativa− se basa en aprovechar productos o residuos para fabricar nuevos bienes que ofrezcan un plus a los usuarios. No solo por su valor estético o funcional, sino también por su óptica sostenible y ética.
Upcycling procede del inglés, un híbrido de las palabras upgrade (actualizar, mejorar) y recycling (reciclar).
Reduce, reuse and recycle es un lema conocido y utilizado para concienciar a la población sobre la necesidad de limitar el consumo y así potenciar una forma de vida más sostenible en un planeta con recursos limitados. Sin embargo, el upcycling va un paso más allá, al incluir la creatividad y la actualización o mejora para crear nuevos productos; como término contrario al downcycling, proceso mediante el cual se reutilizan los productos o materiales para crear otros nuevos cuya calidad y/o valor es inferior al original.
Reciclar, reusar, suprarreciclar (upcycling) e infrarreciclar (downcycling) tienen en común el hecho de seguir utilizando un producto o material en lugar de tirarlo a la basura; para disminuir el impacto de la actividad del ser humano en el planeta. Sin embargo, son términos con diferencias entre sí.
El reciclaje se refiere a un proceso industrial gracias al cual un residuo se transforma en un material nuevo que puede utilizarse para producir nuevos objetos. Un ejemplo de reciclaje sería el papel, tratado químicamente para volver a convertirse en materia prima que dará lugar a nuevas hojas de papel reciclado.
La reutilización, por su parte, se basa en intentar alargar la vida útil de los productos, con el mismo fin que tenían en su origen o con otra finalidad nueva en lugar de desecharlos. Por ejemplo, tanto volver a utilizar una botella de agua de plástico para beber como rellenarla con tierra y plantar una semilla para que crezca una planta son formas de reutilización.
Por su parte, el suprarreciclaje contiene implícita la creatividad y la actualización o mejora del producto en sí. El upcycling necesita de la voluntad de crear algo superior a través, normalmente, de materiales o productos que han sido descartados y denominados desechos. Por tanto, un ejemplo de upcycling podría ser la creación de una camiseta a través retales de tela sobrantes de otras camisas. La unión de todos esos trozos (que iban a ser desechados y tirados a la basura) con la finalidad de dar un nuevo uso (crear una camiseta) sería suprarreciclaje, al crear un nuevo producto que, además, estéticamente es distinto y novedoso.
Por último, el infrarreciclaje se basa en la reutilización de materiales que dan lugar a productos de menor calidad o valor que los originales. El downcycling puede conllevar o no un proceso químico de reciclaje. Por ejemplo, cortar un pijama antiguo al que ya no se le da uso y crear pequeños trapos para utilizar en la cocina sería un ejemplo de downcycling, ya que los trapos tienen un valor inferior que el pijama en sí pero de ese modo se evita tirar el pijama directamente, concediéndole un segundo uso. En ese caso, el infrarreciclaje no conlleva un proceso químico de reciclaje. Por otro lado, reciclar plástico sin mezclarlo con más materia virgen conlleva un debilitamiento del material, que servirá para crear otros productos de calidad inferior sin tener que desecharlos. Esto sería un ejemplo de infrarreciclaje que incluye procedimiento químico.
Por tanto, son cuatro términos diferentes que pueden coexistir −o no− en un mismo producto. Por ejemplo, la conocida marca Ecoalf tiene un proyecto llamado Upcycling the oceans mediante el cual, gracias a la ayuda de pescadores, rescatan plásticos del mar y, tras un proceso de tratamiento (reciclaje), los convierten en hilo (materia prima) de primera calidad con los que confeccionar nuevas prendas para la marca (suprarreciclaje). En este caso, se da un ejemplo de reciclaje y suprarreciclaje al mismo tiempo.
Proyecto Upcycling the oceans, Ecoalf
Cabe aclarar que hay expertos que consideran al upcycling como una acción de reelaborar, reinventar y ver nuevas formas de uso de los productos diferentes a los ya existentes sin que estos pierdan el toque original que los identifica. Para estas personas, proyectos como el recién comentado de Ecoalf no serían considerados upcycling al perder los productos por completo su forma original y ser sometidos a un proceso de reciclaje.
El upcycling existe desde los años 90, pero no ha calado en la industria de la moda hasta ahora, que el consumidor se vuelve más crítico y exigente
A pesar de que la palabra se esté escuchando y leyendo con mayor frecuencia en medios durante estos últimos meses, el upcycling es un término cuyos orígenes se remontan a los años 90. En el sector moda, precursores como Margiela intentaron en primeras ocasiones utilizarlo en sus colecciones pero no llegó a trascender. Ahora es el momento en el que la sociedad empieza a interesarse por la economía circular, la sostenibilidad, lo ecofriendly, la necesidad de tomar acción en la reducción del consumo y la adopción de alternativas a la hora de consumir, lo cual favorece que tendencias como esta se asienten. Es el consumidor quien empieza a exigir a las marcas cierta responsabilidad. Sin embargo, según los expertos, aún queda mucho por conseguir y seguimos a años luz de un modo de vida y consumo sostenibles.
Durante los últimos años se ha creado una especie de conciencia colectiva en cuanto a la urgencia de actuar frente al consumo extremo y el cuidado del planeta. Cada vez más, las nuevas generaciones exigen soluciones frente a problemas globales como el cambio climático, el calentamiento global o la contaminación. Los consumidores se sienten más comprometidos con el planeta y obligan a las marcas a evolucionar para atender las necesidades de sus potenciales clientes y continuar siendo competitivos en el mercado. Según recoge el estudio GlobalWebIndex, seis de cada diez millennials están dispuestos a pagar un ticket mayor por productos ecológicos y sostenibles; cifras que aumentan conforme desciende la edad de los encuestados. Gracias a la acción de grupos y activistas como Fridays for future (encabezado por Greta Thunberg), la sociedad empieza a responder con la creación de iniciativas como Zero Waste, que impulsa la reducción y reutilización de los productos, limita los objetos de un solo uso y apoya la economía circular.
En cuanto a la moda, la ONU afirma que es una de las industrias más contaminantes. Durante los últimos años, determinados acontecimientos han fortalecido la moda sostenible, buscando un equilibrio entre el consumo y el impacto ambiental. En 2013 se produjo el derrumbe del Rana Plaza, un edificio de ocho plantas en Bangladés donde trabajaban miles de mujeres que cosían en condiciones deplorables para abastecer a una treintena de marcas internacionales. Esta tragedia sirvió como punto de partida para poner el foco y la atención en las condiciones en las que trabajan y viven las personas que confeccionan la ropa que vestimos a diario.
Seis de cada diez millennials están dispuestos a pagar un ticket mayor por productos ecológicos y sostenibles. GlobalWebIndex
Las denuncias a marcas de moda de lujo por quemar prendas que no consiguen vender también ha hecho sonar la alarma sobre cuántos productos innecesarios se crean, malgastando recursos. Cada vez nacen más marcas y proyectos sostenibles o ecológicos. De la misma manera, somos testigos de cómo las grandes marcas lowcost se suben al carro de crear colecciones con materiales reciclados, líneas de moda sostenibles o puntos de recogida de prendas antiguas para su reciclaje.
La pandemia ha sido la gota que ha colmado el vaso y que está impulsando, más que nunca, la economía circular y la sostenibilidad en el mundo de la moda. Es uno de los motivos por los cuales el upcycling está sonando más fuerte. Si hay algo que la covid ha puesto de manifiesto es que si paramos, la tierra respira. Además, según Berta Segura, analista de tendencias: “En el futuro, el hiperconsumo y la ostentación dejarán de ser cool. La tendencia será la de adoptar un consumo más consciente, ético y sostenible, a causa de la crisis económica y el respeto medioambiental”.
"En el futuro, el hiperconsumo y la ostentación dejarán de ser cool. La tendencia será la de adoptar un consumo más consciente, ético y sostenible, a causa de la crisis económica y el respeto medioambiental". Berta Segura
La crisis de la covid va a polarizar el consumo. Por un lado, el consumo más ético y sostenible ganará peso y competirá frente a frente con la otra cara de la moneda: la ansiedad por la compra compulsiva y los descuentos agresivos de las marcas que pretenden acabar con el stock que no pudieron vender durante el confinamiento. Por otro lado, la crisis económica obligará a muchas familias a comprar únicamente aquello que se puedan permitir y necesiten al 100%. En efecto, el futuro de la moda tras la covid es aún incierto, aunque los expertos ya comienzan a teorizar sobre el tema.
El upcycling brilla y se respalda de cara a Primavera/Verano 2021 por marcas como Balenciaga, Marni, Miu Miu, Loewe, Stella McCartney o Coach. El confinamiento y la situación actual han llevado a algunas marcas a recurrir a materiales que tenían en sus estudios en lugar de buscar nuevas telas o materiales. También se estudia cómo dar salida a prendas en stock, así como añadir cambios de tendencia para evitar quemas masivas de material en buenas condiciones.
El suprarreciclaje es una alternativa, no solo desde el punto de vista de un consumidor más responsable, sino también desde la óptica de una marca más comprometida con el medioambiente y que busca soluciones económicamente rentables para su negocio.
Parece lógico que muchas marcas se sumen a ello si se tienen en cuenta datos como que la pandemia ha generado un exceso de inventario estimado entre los 150 mil millones de euros, según Vogue México. Dar salida a un stock no vendido y reinventar las prendas ya no se ve como un engaño al consumidor, sino como un valor añadido a la prenda.
Propuestas de Kim Ellery basadas en el upcycling. WWD
La gran misión de Mariola Marcet, encargada de traer el upcycling a España
Mariola Marcet, a la vanguardia del upcycling en España y creadora de Upcyclick, lleva luchando por hacer del suprarreciclaje una realidad en España casi una década. Comenzó creando De armario a armario, una plataforma de trueque de prendas en 2011, cuando no existían opciones como Wallapop ni otras aplicaciones conocidas a día de hoy para vender ropa de segunda mano. Ella es una auténtica visionaria de la moda sostenible que fundó Upcyclick en 2016 como alternativa al consumo. De esta manera, planta cara al modelo pronto moda, que está terminando con el planeta al mismo tiempo que conlleva un deterioro de las condiciones laborales.
Campaña #FASHIONNEVERTRASH de Upcyclick y Ecodidacta. Fashion United
Esta mujer apasionada por el mundo de la moda y la responsabilidad medioambiental quiere hacer de este un mundo un lugar mejor. Su intención es conectar a Fashion Makers con Fashion Lovers y proporcionar alternativas para vestir de forma sostenible a precios asequibles y sin tener que renunciar a las últimas tendencias.
Uno de sus proyectos más recientes se llama #FASHIONNEVERTRASH y parte de la base de que según Aristex, cada español desecha una media de 13 kilos de ropa usada al año. El 90% de las prendas termina en el vertedero sin la posibilidad de poder ser reciclada debido a la composición con diferentes materiales no orgánicos. Ecodidacta y Upcyclick presentan un proyecto de customización de prendas para combatir tal desperdicio y ofrecen una colección cápsula confeccionada a través de prendas de Ecodidacta, customizadas y rediseñadas por Upcyclick.
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