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Foto del escritorOlga Melero. Púrpura Issue

Nazaret Rodríguez, pasiones color púrpura

Actualizado: 3 oct 2021

[PERFIL]

Olga Melero Hernández


Quería vestir algo violeta el 8 de marzo. Es lo que Nazaret Rodríguez nos comentaba en los días previos al 8M a dos de las amigas que íbamos a ir con ella a la marcha del Día de la Mujer. Pese a una agenda apretada por las exigencias académicas de aquella semana, Nazaret se empeñó en ir a Madrid centro a buscar una prenda para ponerse. Y fue y la encontró. El domingo se presentó con un jersey del color lila que caracteriza al logo de Púrpura Issue, y lo lució durante toda la tarde desde Atocha hasta Callao. Pero ya no se lo volvimos a ver puesto. Ante la inminente crisis sanitaria, al día siguiente la Comunidad suspendió las clases, donde coincidíamos con ella a diario. No obstante, desde entonces se ha dejado ver en su perfil de Instagram con varias prendas del mismo color, y además confeccionadas por ella misma, como un top de tela a cuadros vichy que se hizo en primavera, o un polo de la talla XL que reconvirtió en un conjunto veraniego a finales de agosto, siempre con su casa de Tenerife como telón de fondo.


Nazaret Rodríguez Pérez. Archivo Púrpura Issue

Nacida en Icod de los Vinos, un municipio en el noroeste de la costa tinerfeña, la insularidad y la cercanía del mar fueron argumentos suficientes para que sus padres decidieran, siendo ella aún muy pequeña, que Nazaret tenía que aprender a nadar. Luego, desde el momento en que, entre los dos y tres años, fue capaz de moverse sola en el agua, la natación se convirtió en una afición. Y lo fue durante años, también por recomendación médica, hasta que a los once o doce se le propuso competir. Pero, aparte de los nervios que sentía, empatizaba con la presión que veía en otros niños impuesta por sus entrenadores. Así que, después de probar una vez e intentarlo una segunda, tuvo claro que no estaba hecha para la competición y lo dejó.


Se desprende de la voz apasionada con la que lo cuenta que, antes que nadar, prefería bailar, aun por la vergüenza que le diera tener que ponerse a veces en pareja con otro niño. Es más, la confianza que le faltaría después en las competiciones de natación, la tenía para llevar el ritmo por su propia cuenta, ignorando las instrucciones de una compañera que acostumbraba a intentar liderar al grupo. Ahora le queda la espinita de no haber aprendido baile moderno, al igual que le pasa con otras aficiones como el dibujo y, hasta hace un año, la costura.


A su abuela la ha visto coser desde que tiene “uso de razón”, en sus propias palabras, y la ha visto hacerlo ayudada de su madre y sus tías. Ellas le despertaron la curiosidad por el hilo y la aguja, pero hasta el año pasado no aprendió el oficio. Lo había intentado con la abuela, pero se había dado cuenta de que ella no sabía cómo explicarle algo que tenía tan interiorizado. Por eso, cuando en el verano de 2019 descubrió una tiendecita de materiales de costura y manualidades en Getafe (donde reside desde que empezó a estudiar en la Universidad Carlos III en septiembre de 2017), no dudó en apuntarse al curso que ofertaban para aprender a coser.


Del pequeño taller, en el que Nazaret pasaba dos horas todos los lunes hasta aquel 9 de marzo, primero salieron a la luz dos pañuelos de una misma tela de seda satinada. Los usa para recogerse el pelo, como adorno atado al bolso o a modo de cinturón. Su estampado en tonos rosáceos y marrones le permite combinarlos perfectamente con el granate de las prendas que viste a menudo. Este color es una suerte de leitmotiv en el vestuario de Nazaret, que deja ver su gusto por la moda. La última prenda que confeccionó en Getafe antes del confinamiento fue un chaleco de cuadros escoceses, también a juego con el resto de su armario.


“La moda como arte más allá de la ropa que te pones” es lo que defiende esta icodense de 21 años y lo que pretende explicar al mundo como futura periodista y comunicadora. De esa y otras cuestiones relacionadas, como el valor de las prendas que vestimos, escribe en esta revista, de la que es el alma mater, al tiempo que colabora en el podcast especializado La moda que nos parió. Ella destaca de Púrpura Issue, así como de otros proyectos -la asociación de emprendimiento Start UC3M- y de la carrera, que la han alentado, entre otras cosas, a acercarse a personas a las que admira para entrevistarlas. Y eso es algo que no solo agradece de haber venido a Madrid, sino que le cuesta asimilar que esté consiguiendo.


Ella ya sabía que las oportunidades están en la capital, es más, afirma con seguridad que en Icod le faltaría impulso para decidirse a emprender o crear algo propio, convencida de que, por la mentalidad del pueblo, se vería con extrañeza y sin posibilidad de éxito. Con todo, al principio le entristecía dejar Tenerife después de pasar un fin de semana de visita o unas vacaciones. En cambio, ahora siente pena cuando le toca regresar a la isla, porque en Madrid ha encontrado otra familia por la que dice sentirse igual de apoyada. Pero ella no olvida sus raíces, por eso, cada vez que vuelve a casa, sin excepción, revisa algunas de las tantas cintas de VHS que atesoran sus recuerdos de infancia.


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