Nazaret Rodríguez Pérez
¿Has pensado alguna vez cuántas cosas pasan por delante de ti sin que tú te pares a darles un significado real? ¿Serías capaz de decirme de manera aproximada cuántas palabras eres capaz de leer y cuántas discriminas cada vez que lees?
No te preocupes, todos caemos en el vertiginoso ritmo de vida de la sociedad actual. ¡Lo que daríamos algunas por vivir tan solo un día en el minimalismo de nuestros abuelos y abuelas…!
La historia de María Clè Leal comienza con un periódico en las manos, uno de tantos, uno cualquiera que, un día cualquiera, se disponía a leer en Vitoria, su ciudad natal. Fue en una de sus páginas donde leyó un anuncio de estudios en diseño de moda. En ese instante descubrió que debía atar dos hilos de su vida que hasta ahora habían estado separados: su amor por el arte y su curiosidad por el diseño de moda.
Emprendió y en distintos sentidos. Con 20 años viajó a Madrid con el fin de conocer las mejores escuelas de diseño, de aprender y mostrar el talento que, como persona decidida que era, consideraba que llevaba dentro. Y tan dentro que María no tenía más que mirar un poco atrás para ver que su abuelo, Eduardo Clè, había sido un reconocido sastre de la gran capital.
Clè Leal estudió en el Instituto Europeo di Design (IED), en Madrid. Allí demostró que merecía su reconocimiento como una verdadera diseñadora de moda: consolidó su sello personal y desarrolló un proyecto final sobre la manipulación textil. Este fue el inicio de lo que pronto se convertiría en una marca con historia, como las grandes de nuestro país.
Lo cierto es que, aunque la vida de Clè experimentó un gran cambio, ella siempre conservó dos elementos de manera innatas: las tijeras de su abuelo, símbolo de sus raíces, y su manera de trabajo a partir de una caja de retales, esas que todos tenemos o hemos tenido por casa.
Su trabajo siempre ha girado en torno a una confección de prendas sostenibles. “No concibo la moda de otra forma”, nos confiesa María Clè, quien además nos cuenta que ha tenido temporadas de inactividad con el fin de reflexionar sobre la producción textil y el “hacer por hacer”.
“No concibo la moda de otra forma” - María Clè Leal
Encontrar un sentido a su trabajo es algo fundamental para ella y es por eso que siempre se hace una pregunta clara: “¿Qué puedo hacer yo por la moda?”. Quizá sea este el motivo que la ha llevado a ser reconocida como mejor diseñadora joven de España y galardonado con el premio Mercedes-Benz Fashion Talent a partir de la colección que lleva por nombre “FRÁGIL”, de carácter bastante personal con respecto a las anteriores. No obstante, la artista admite que “los premios abren muchas puertas pero no te cambian la vida”.
“Los premios abren muchas puertas pero no te cambian la vida” - María Clè Leal
María Clè Leal ha tenido la gran ventaja de ser una persona decidida y curiosa. Ha tenido claro dónde ha querido estar y dónde no; ha buscado la manera de darse a conocer, yendo incluso puerta a puerta de los grupos de comunicación para promocionar sus colecciones. Además, ha sabido conservar su esencia: lo verde, lo natural y ello la ha llevado lejos, aún estando atada en sentimientos a su tierra natal.
Nos revela que su próximo trabajo está vinculado con la lana de oveja latxa (de piel basta, dura). Ha descubierto que es una piel muy útil que ya se utilizaba en el norte de España para hacer abrigos. Su trabajo, siguiendo la línea sostenible, consiste en darle una segunda vida a la lana que una vez extraída no es más que un residuo para el planeta.
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