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Foto del escritorPúrpura Issue

Lara Lars, un universo brutalista habitado por ovnis y mujeres aventureras

[CULTURA]

Alicia Torres Alcubierre y Nazaret Rodríguez Pérez


En medio de un confinamiento que nos ha privado de reuniones entre conocidos o nuevas personas por conocer, encendemos la pantalla de nuestro ordenador y nos disponemos a videollamarnos. Esta es ya una actividad que hemos incluido en nuestra rutina y que estamos seguras de que, más que nunca, ha venido para quedarse.


En una sala virtual esperamos a nuestra invitada con muchas ganas de conocerla “en persona”, como se diría en la antigua normalidad. Ella es Lara Lars, artista especializada en la técnica del collage, y una mujer emprendedora con valores feministas. La sonrisa fue protagonista del encuentro y la energía entre las tres se fusionó en un clima como si de amigas un viernes por la tarde se tratase.



Alicia: Tú eres ilustradora, concretamente te dedicas a la técnica del collage. Hemos leído sobre la técnica del collage y consiste en componer una obra plástica uniendo imágenes, fragmentos, objetos y materiales de diferentes procedencias. De alguna manera, con esta labor das una nueva oportunidad, en tu caso, a imágenes.


¿Cómo comenzaste con esta técnica?


Lara: Siempre cuento que empecé coleccionando imágenes. Mi madre me regaló su elección de sellos. Descubrí que las imágenes bonitas se podían guardar, acumular y ordenar. Y desde allí fui creciendo: de adolescente coleccionaba flyers. Luego, empecé a estudiar la carrera de arquitectura y descubrí edificios que me gustaban y fotografías. Después descubrí las postales antiguas. Me gustaba mucho ver cómo habían cambiado las ciudades. Soy un poco melancólica y me gustaba pensar “qué bonito era esto antes”. Más adelante, descubrí la estética de los 50 y los 60 que me encantaba y todos esos tesoros de revistas que hay, que tienen esas publicidades con esas mujeres tan bien vestidas, tan guapas y que me llamaban mucho la atención.

Empecé a utilizar la técnica del collage en la carrera para explicar mis ideas, para contar mis proyectos. Pero luego ya cuando no necesitaba hacerlo, descubrí que todas esas imágenes y revistas que iba acumulando las podía utilizar para hacer un diario vital. Yo soy un poco callada, un poco tímida, no soy de respuesta rápida, pero sí que me gusta que se me escuche. Muchas veces me quedaban cosas que decir en situaciones que me pasaban y descubrí que realmente podía utilizar esas cosas que me gustaban que eran: edificios brutalistas, esas mujeres con esa estética que tanto me gustaba pero que no me representaba para nada porque todos esos anuncios son mujeres vendiendo aspiradoras, lavadoras y con el hombre al lado, lavando. Entonces, por un lado, el collage me servía a modo de diario, pero por otro lado esa ansiedad de coleccionar cosas, la podía transformar en cambiar todos esos referentes que yo buscaba: mujeres que viajaban, que tenían aventuras, que investigaban. Referente que yo buscaba y que no encontraba en esa estética. Y tampoco encontraba muchos referentes visuales de mi estilo con mujeres protagonistas.


Lo que empecé a hacer fue crear referentes nuevos todo el rato para que las chicas que viniesen detrás encontrasen a esas mujeres que eran protagonistas, que viajaban, que investigaban sitios.

Y así fue como empecé. O sea, de forma fortuita totalmente.

Alicia: ¿En el paso de dar visibilidad a tu trabajo a un público más amplio, ¿hubo alguien que te animó más que otras personas?

Lara: Lo que me animó siempre mucho fue empezar a compartirlo en las redes y ver que gente que no me conocía de nada y que no tenía la obligación de decirme que eso era bonito, de repente me empezase a decir: “¿Los vendes o haces exposiciones?”. Eso al principio fue primordial porque me impactaba mucho. Luego el paso de dedicarme a ello profesionalmente, y más cuando yo antes me dedicaba a la arquitectura, fue un fuerte cambio. Y sí que es cierto que yo intentaba compaginar los dos mundos, y hubo un día mi pareja, que me dijo: “Lara, no tienes tiempo libre, no ves a tus amigas o amigos, yo creo que puedes decidir, y no pasa nada si te decides por la ilustración”. La verdad, es que no sé qué hubiese pasado si, a lo mejor, tuviese otra persona al lado. Tuvo gran importancia porque no es lo que la gente te suele recomendar cuando tienes un trabajo fijo y un sueldo fijo. La decisión es un poco más complicada.

Alicia: ¿En qué aspectos de tu vida te consideras una mujer emprendedora, más allá del mundo artístico?

Lara: Yo soy muy pesada.


Creo que para ser emprendedora hay que tirar para adelante, aunque la gente te diga que no. Tener intuición, confiar en ti misma, ser también analítica, y no montarte castillos en el aire.

Hay que tener un poco los pies en la Tierra. Creo que mi carácter es primordial. Soy muy indecisa pero cuando tengo claro algo “tiro, tiro, tiro, cierro los ojos y allá voy”. Pero también con la gente de mi alrededor. Siempre digo que se me daría muy bien ser coach, pero no me gustaría. Me gusta mucho decir: “Esto lo harías muy bien”. En eso sí que soy emprendedora y pesada también.

Nazaret: Los elementos que son comunes en la mayoría de tus obras son las mujeres de los años 50 y 60 y la arquitectura brutalista, pero también los ovnis.


¿Cuando llegaron los ovnis a tu mundo y por qué estos tres elementos como comunes en la mayoría de tus obras?

Lara: La pregunta de los ovnis me la suelen hacer porque llama la atención y la respuesta rápida y corta es que “soy gallega”. Los gallegos somos muy místicos, vivimos con las historias de las meigas, de la luna y de un montón de normas que no ves, que no puedes comprobar científicamente pero que están allí. Pero, realmente, es que los ovnis te colocan en el mundo. El espacio es enorme, no tenemos ni idea de lo que hay ahí fuera, es decir, no eres el centro del mundo. Me encanta la incertidumbre y es como tener la incertidumbre siempre presente. No me gustan las cosas planeadas, las que se repiten todo el rato, me gusta saber que siempre puede pasar algo extraño, o repentino y te hace estar despierto y a la expectativa de qué puede pasar.

Welcome. Ilustración Lara Lars

Nazaret: ¿Crees que el mensaje que hay tras tus obras llega a todas las personas o de alguna manera es una “estrategia” para concienciar a la sociedad en general y en concreto a aquellas personas que aún no son conscientes de las desigualdades persisten en la sociedad?

Lara: Yo tengo claro por qué las hago y cuál es el mensaje. Lo bueno es que hay gente que lo entiende y gente que no. Y también me gusta que le guste a veces a gente que no tenga nada que ver ni con mi forma de pensar ni con mi forma de vivir. No puedes vivir aislado porque hay gente que vive o piensa de otra forma. Las cosas se entienden mejor cuando se explican o te las explica el artista. Por ejemplo, cuando lo empecé a hacer hace años, me decían: “ah, claro las mujeres” El feminismo no estaba tan arraigado. No había empezado otra vez esta nueva ola de feminismo. Ahora, mi mensaje ya no es tan potente. Pero yo tampoco necesito ser la abanderada del feminismo. Simplemente voy haciendo lo mío.


Mi trabajo va cambiando según voy cambiando yo y no necesito que todo el mundo entienda lo que hago. Es bonito ver cómo la gente lo entiende de forma distinta.

Nazaret: En tus collages incluyes mujeres anónimas, modelos de revista. Pero, ¿en un futuro veremos alguna mujer histórica o alguien que sea referente para ti o un cambio en las ilustraciones?

Lara: El problema con los referentes es que yo nunca he sido muy fan de nada. Me acuerdo, por ejemplo, en el colegio cuando todas mis amigas estaban con las Spice Girls y decían: “yo quiero ser Mel C.”. Yo hice una actuación de las Azúcar Moreno porque me lo propusieron y me daba igual hacer una actuación de las Spice Girls que era la que todo el mundo quería hacer. Creo que al final lo del fanatismo o lo de idealizar mucho a una persona es un poco peligroso. A mí me gusta ver la vida de otras personas y lo que hacen, pero siempre teniendo en cuenta que hay cosas que hacen muy bien y otras que hacen muy mal. Y creo que está bien tener una visión crítica ante esas personas o ante la vida en general porque hace que aprendas de distintas personas. Por eso, me impresiona utilizar un referente estético, aunque que a mí la estética me pierde. Pero sí que, ahora, por ejemplo, a veces me gusta utilizar mujeres o cuerpos sin cabeza como para que no se entienda tanto el género. También, según vaya cambiando mi forma de ver las cosas, irá cambiando seguro lo que yo haga.



Ilustración Lara Lars

Alicia: Además, colaboras en el programa Entre dos Luces de RNE (Radio Nacional de España), en el que recomiendas canciones, creando así “collages sonoros” ¿Cómo comenzó este vínculo con la música?

Lara: La música para mí siempre ha sido súper importante. Yo crecí con el Xabarín Club, un programa gallego infantil, donde los grupos de moda de ese momento hacían canciones infantiles para los niños. Lo que me parece un privilegio alucinante. También me acuerdo de la primera página de la discográfica Subterfuge, que podías descargarte cuando el Internet era negro y con una tipografía horrible, los discos enteros de las canciones. Yo me fui en mi primer año de carrera con mis discos grabados de Australian Blonde, discos “raros” para hacerme la alternativa. Siempre me ha gustado porque he pasado mucho tiempo delante del ordenador y me ha gustado escuchar música de fondo.

Con esto de la radio, todo empezó porque tuve la oportunidad de ir a una entrevista que me hicieron sobre mi trabajo en Radio 3. Como era la segunda vez que hacía una entrevista en la radio y la primera fue horrible porque la radio es mucho más rápida de lo que puede ser una conversación hablada, me di cuenta que tenía que prepararme un poco más. Vi que era un programa musical y hablé un poco de mi trabajo, relacionándolo siempre con la música. La entrevista fue muy bien, hice “buenas migas” con el presentador, descubrimos que éramos vecinos. Seguimos en contacto por las redes. Y en verano me dijo: “Lara, estreno un nuevo programa, ¿quieres ser colaboradora y hablar pues de las cosas que a ti te gustan? De mujeres artistas, del collage, de la arquitectura ¿y ponerle música?” Y yo que soy como la persona más tímida, que habla poquísimo, ¡en la radio! ¡Imaginarme haciendo un programa con una sección de media hora! Y mira, encantada. Es una cosa que si me lo dicen hace dos años, no me lo creería. Pero me lo paso pipa, la verdad.

Nazaret: Estuvo muy guay el programa de las canciones de tu abuela. Me encantó.

Lara: Sí, es que además fue durante el confinamiento del coronavirus y lo que más impactó fue cuando se descubrió lo de las residencias, que empezó a haber un montón de fallecidos. Yo estaba súper preocupada por mi abuela en Galicia y empecé a decirle: “Abuela, ten cuidado”, y pensé “pero esta mujer tiene unas historias...” y decidí hacerle una entrevista a mi abuela Gabina en RNE. A parte, a ella le encanta la radio. Esto quedará como un recuerdo para siempre y ella encantada porque le encanta ser protagonista.

Alicia: ¿Nos podrías recomendar una canción empoderada?

Lara: A mí me gustan mucho los grupos de mi época adolescente tipo Cansei de ser Sexi o Dancing Days. Todos esos me fascinaban porque eran grupos de chicas, con música bailable (para mí es muy importante que sea bailable). Entonces, yo recomendaría cualquier canción de ellas. La canción de mi entradilla de la radio (que me ha costado un año elegirla): Let’s Make Love and Listen to the Death from Above os la recomiendo porque es así guerrillera y animada.

Alicia: ¿Consideras que diferenciarse como artista es algo complicado hoy en día?

Lara: Sí, yo creo que el mundo del arte es complicado. Una cosa es cuando te mueves en este mundo en Madrid, pero a mí me costaba ir a mi pueblo y explicarles a qué me dedicaba. No es lo mismo decir que eres arquitecta y quedas como: “oh” (de sorpresa) a decir que haces ilustraciones con collage. El mundo de la ilustración está poco valorado en España. Y eso que tiene mucha importancia ya que vivimos a base de imágenes visuales. Entonces, es difícil.


Ahora, las redes sociales es algo que te ayuda mucho pero también puede ser un poco engañoso, porque al final tú solo enseñas las cosas buenas. No enseñas las cosas malas, y la gente piensa que ser artista es que sales de una seta y ya tienes un estudio maravilloso, con una ropa monísima y haces unas cosas preciosas.

Y no. Hay un montón de trabajo, de horas, de noches sin dormir, de fines de semana trabajando cuando podrías estar haciendo otras cosas. Es difícil y a veces en el mundo del arte parece que no nos cuidamos entre nosotros. Hay como muchas rivalidades. Yo creo que nos falta mucho, sobre todo a nivel español, falta valorar el oficio. A mí, me preocupa mucho y pienso todo el rato en ir a colegios para que vean que yo soy ilustradora y no pasa nada. Para que los niños y niñas vean otro tipo de oficios más que esos “guays” como ser o futbolista o abogado. Hay muchas formas de vivir y el arte es una de ellas y es tan difícil como cualquier otro oficio. Es mucho trabajo y muchas horas. Y no es solo lo que se ve en las redes sociales.


Nazaret: Referido a esto, con las redes sociales ha habido un boom. Mucha gente sube sus ilustraciones y al final es como un campo abierto para todos.


¿Consideras que es muy difícil posicionarse?


A veces me preocupa un poco los seguidores, porque parece que cuantos más seguidores tengas, mejor artista eres. A veces la gente se confunde con eso.

Y es cierto que hay muchos artistas, ilustradores, ilustradoras, que son buenísimos, tienen un montón de seguidores, pero el número de seguidores no es lo que te da la calidad o la experiencia. A mí, por ejemplo, me gusta que la gente muestre lo que hace, y que cada vez haga cosas más artísticas. Lo que me preocupa es que crean que, porque han subido o han hecho diez ilustraciones o diez obras de arte, sean ya eso. Yo creo que al final eso va en el aprendizaje individual de cada uno. Esto lo cuento mucho en mis talleres: “qué rápido se te olvida toda la gente que te ha inspirado”.

Vivimos en la época de los tutoriales, del “hazlo tú mismo” y a veces se nos olvida valorar lo que hace la gente. Simplemente, valorar o contemplar y ya. Y no simplemente ver algo y decir: “Ah, eso lo puedo hacer yo”, eso se dice muchísimo en los museos o cuando es una obra más abstracta. Hay muchas obras, a lo mejor no tan figurativas como los cuadros más clásicos que tiene mucho pensamiento detrás.


Es una situación extraña: me gusta que la gente haga cosas, pero también me gustaría que la gente valorase nuestro trabajo. Hay gente que coge tus ilustraciones y las utiliza para ilustrar sus textos o los modifica. Un poquito de reconocimiento a pequeña escala se agradecería a veces. Pero, está bien que la gente cree y haga sus propias obras.

Alicia: ¿Qué consejo le darías a alguien que quiera emprender? Has dicho: compromiso, trabajo y…

Lara: Estudiar. Estudiar constantemente y esto no quiere decir solo coger un libro de Historia del Arte y "chapártelo" entero. Puede ser leyendo sobre artistas que te gustan, viendo documentales, yendo a exposiciones…


A mí lo que más me motiva e inspira en el mundo y lo que me quita de todo bajón que pueda tener es ir a una exposición.

Salgo de allí como una moto y cuando estudias a artistas que realmente son famosos ves que hay muchas cosas que ya están inventadas, muchas cosas que se están haciendo ahora se hicieron en su momento y también te empapas de suficiente base como para luego poder expresarte. Yo creo que eso es súper inspirador y es muy importante. Y también constancia, trabajo… Todas esas cosas que son propias de cualquier oficio o profesión.

Alicia: ¿Cómo definirías a una mujer empoderada?

Lara: (pensativa) Una mujer que vive de la forma que quiere vivir, sin importar los condicionantes que le rodean. Más que los condicionantes, las opiniones que pueda llevar a ello. A mí me encanta la gente que puede contarte a veces sus fragilidades. No tiene por qué ser una mujer que está siempre a tope, arriba. Toda persona tiene sus altos y bajos, pero, a pesar de ello, se atreve a tirar para adelante, a buscar su felicidad (que es lo más importante) y a vivir acorde con sus pensamientos y su forma de pensar.


Alicia: Con tu trayectoria reivindicativa, ¿piensas que todavía quedan muchos obstáculos que superar para lograr la igualdad?

Lara: Sí. Quedan un montón, un montón, un montón. Muchas veces no somos conscientes de ello y al final es un aprendizaje. Yo creo que con el feminismo pasa que en cuanto te pica, te va como invadiendo y cada vez eres más consciente. Al final todas partimos de una educación muy machista, muy patriarcal y es muy difícil, en la sociedad en la que vivimos, que lo estemos haciendo perfecto. Es imposible. A veces me cabreo conmigo misma porque me descubro diciendo: “¿Por qué solo me preocupo yo de que cuando vienen a casa esté todo ordenado?” Tonterías, pero cada vez la lupa se va haciendo más grande y ves más cosas.


Eso a nivel personal, luego a nivel laboral, en un trabajo de oficina hay un montón. De mi experiencia laboral, en estudios de arquitectura, era estar constantemente cabreada porque había cosas por las que decías: “esto ya no puede pasar”.


Sigue habiendo muchos choques con hombres y mujeres. Me ha pasado muchas veces decirle a alguien “eso es un poco machista” y me respondan “¿de qué vas?”. O amigos míos que me dicen “es que mi novia dice que soy un poco machista” y no empezar reconociendo eso, que todos lo somos, es ya un fallo enorme.


Que pase en la generación de nuestros padres, de nuestros abuelos… Pero que pase en la mía o los que vienen detrás… ¡Nos queda un montón por hacer!


El día que podamos dejar de hablar de ello que sea porque ya no sea necesario, porque ya lo hayamos conseguido. Pero queda muchísimo por hacer.

Nuestros Derechos no se negocian. Ilustración Lara Lars

Nazaret: Hicimos unas preguntas a la gente que nos sigue para que ellos y ellas tuvieran la oportunidad de hacerte una pregunta a ti. Hemos hecho un poco una selección.

La primera es ¿qué artistas tienes de referencia?


Lara: No soy como hiper fan de una estrella o un famoso pero hay artistas que me fascinan como por ejemplo Kurt Schwitters. Es un artista del que me encanta su actitud ante la vida. Él quería pertenecer al grupo de los dadaístas, no lo aceptaron y montó su propio grupo donde era el único componente. Entonces a mí eso, a parte de su trabajo digo: “Sí, señor, chapó”.

Luego, Grete Stern, una fotógrafa y artista del collage, la descubrí cuando ya estaba haciendo collages y encontré un montón de imágenes que teníamos parecidas. Ella trabajaba para una revista femenina donde mujeres escribían hablando sobre sus sueños y una “experta” los interpretaba y Grete ilustraba esas interpretaciones. Mola porque es todo “universo de la mujer”.

Warhol, por ejemplo, es un artista que como persona no me cae bien pero como artista y como promotor del arte me parece que es tan bueno que gana. Me parece que vende muy bien lo del collage. Coge objetos cotidianos que nos rodean y los convierte en obras de arte. Warhol es un crack.


Hockney también. Pero Hockney creo que es el referente de cualquier artista porque es tan majo y tan currante que es imposible no tenerlo como un referente.


Entonces, voy cogiendo cosas de artistas que me gustan y voy haciendo mi collage propio del artista ideal (que no existe).

La visita. Ilustración Lara Lars

Nazaret: Esta otra nos la pregunta María, parte del equipo Púrpura: “¿cuál es el trabajo del que estés más orgullosa?”


Lara: [pensativa] me cuesta mucho porque no me gusta regodearme en mis obras. Me gusta hacerlas y como “pum” enviarlas al espacio. Pero bueno, al final hay muchas que hablan de mí, de mis historias, hay algunas que me gusta verlas y recordar ese momento en el que lo hice. Es gracioso.


Me gusta esta [señalando el tablero tras ella], la de La visita, porque me siento un poco así con los ovnis.


También hay trabajos que me gustan. Por ejemplo, el cartel que hice para el Liceu de Barcelona. Me gusta mucho porque aunque yo les presenté propuestas, fue un trabajo que salió de la colaboración de las dos partes. Hay cosas mías pero también hay ideas de ellos, que me fueron pidiendo: “¿puedes poner el fondo en blanco y negro?” (algo que yo nunca hago). Ese trabajo me gusta porque con la unión de las dos partes creo que quedó muy bien. A veces es muy difícil cuando estás acostumbrado a hacer las cosas como hobby, que al comenzar a hacer encargos, te empiecen a hacer cambios. Y cuesta un poco al principio.

Cartel Liceu Under 35, 2018

Nazaret: Nos preguntaron ¿cuál fue tu primer trabajo?


Lara: [pensativa] El primer encargo a nivel collage me pidieron que hiciese un fanzine para una feria de fanzine en Madrid. A mí me gustan mucho las películas de serie B porque, como son de presupuesto limitado, muchas veces ves los inventos que se han hecho para hacer los decorados. Entonces, elegí una película de serie B que se llama The alligator people (nos muestra su trabajo) y, como no me gustaba el final, me inventé en ese fanzine una historia alternativa.

La película va de un hombre que por una clase de experimentos se convierte en cocodrilo y quiere dejar a la mujer, vive atormentado: “oh, soy un cocodrilo, nuestra relación es imposible”. Y yo decía: “¡Qué más da, si os queréis!”. La película acaba mal pero mi final alternativo son ellos viajando y visitando los edificios brutalistas que más les gustan y viviendo su historia de amor imposible. Siempre me gustan las historias de amor de todo tipo así que hice este fanzine y la verdad es que lo veo a día de hoy y me sigue gustando.


Nazaret: Otra de las preguntas es de Alba, ella se dedica al diseño y te pregunta si te costó mucho darte a conocer o ganarte la vida haciendo lo que haces.


Lara: Costarme no. Fue a raíz de Instagram, quizás empecé cuando había menos gente. Me acuerdo que cuando yo tenía Instagram simplemente lo utilizaba para seguir a artistas que me gustaban y eran casi todos de collages y “había cuatro o cinco”. Me acuerdo de casi todos.

Ha sido un poco orgánico. Tampoco soy como ultramegaconocida. Yo voy a mi paso sin estresarme y poquito a poco para no frustrarme.


He tenido mucha suerte por encontrarme con gente que me ha ayudado. Nunca sabes de dónde te pueden salir nuevas oportunidades. Tener también ese contacto con la gente con la que vas trabajando e intentar que todo fluya también es importante. Lo de que el mundo es un pañuelo es verdad. Eso es muy importante.


Nazaret: Por último nos preguntan ¿cómo nace un collage?


Lara: Por un lado, hay que tener ya un archivo mental fotográfico y a veces sale, al menos en mi caso. Veo una imagen y ya empiezo a ver dónde la colocaría, con qué, qué cosas tendría al lado. Otras veces necesito explicar una idea o un concepto y tengo que pensar cómo expresarla. Y unas veces me resulta más difícil y otras no tanto.

Cuando me cuesta un poco más, me hago una viñeta: seis garabatillos o formas diferentes de expresarlo e intento reproducirlo con el collage. Lo hago a mano e intento hacer distintas pruebas. Y cuando lo estoy haciendo ya veo cuál funciona mejor.

Dreamer. Ilustración Lara Lars

Antes de terminar, Lara nos aconsejó sobre la importancia de permanecer unidas evitando la competitividad:


Lara: En cuanto a lo de hacer grupo (refiriéndose al grupo de mujeres de Púrpura) , me recuerda a mi época laboral donde normalmente (perdón si alguien se ofende) las jefas abusan a veces del trabajador. Yo me acuerdo en una empresa en la que estaba y, era muy guay, muy molón, pero las condiciones eran horribles. Solo nos contrataban a chicas e intentaban que tuviésemos mucha competencia entre nosotras. Yo era la más veterana, entonces según llegaba una compañera nueva yo le decía: “Este trabajo no es el trabajo de nuestros sueños, no son las mejores condiciones, pero lo que hay que tener claro para sobrevivir en él es que nosotras tenemos que estar unidas. Nada de que venga el jefe y nos diga una cosa de la otra. Nosotras unidas porque lo vamos a llevar muchísimo mejor”. Y fue la clave para que a todas se nos hiciese más ameno. Funcionaba y éramos muy distintas. Éramos una piña de mujeres que sobrevivíamos en contra de “esos hombres que intentaban crean un poco de competencia entre nosotras”.


Lara se despidió de nosotras proponiéndonos que la siguiente quedada fuera en una terraza con una cerveza. Fue un verdadero placer compartir este rato con ella.


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