[CULTURA]
Eva Cezón Balaguer
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Desde May Clarke con su ejemplar papel en Frankenstein, pasando por Sissy Spacek con su primera nominación al Oscar por su papel en Carrie hasta llegar a Katherine Isabelle, la perversa estudiante de medicina en American Mary… El papel de la mujer en el cine de terror ha sido un claro reflejo de la sociedad y de los cambios sociales que se han venido sucediendo.
Hasta hace pocas décadas, la mujer nunca había podido disfrutar del papel que merecía en muchos ámbitos de la vida, y el cine no era una excepción. Pese a lo que se haya podido pensar, mientras que los inicios del cine comercial no dejaba espacio para las mujeres, relegándolas a un segundo plano, el cine de terror hizo pleno uso de ellas. Les ofrecía un mayor protagonismo en sus escenas, aunque por un precio a pagar.
El conocido como rol de víctima era el verdadero causante de tal protagonismo. Las mujeres eran vistas como víctimas, presas fáciles, virginales o, por el contrario, embaucadoras, atractivas y sexualmente activas. Los guiones dejaban entrever cómo estas serían perseguidas, torturadas o amenazadas por circunstancias que tenían que ver con esa condición de sexo débil. En las películas podía observarse que la fijación predilecta de estos clichés de psicópatas era con las mujeres. Sí, este hecho dio destacables roles femeninos en las primeras películas de terror, sin embargo, la protagonista era sexualizada y rodeada de una serie de clichés que, aunque hoy nos parezcan absurdos, dejaron huella en este género y en el resto.
El cine de terror está hecho, como su nombre indica, para causar temor al espectador. Por medio de sus historias trata de embaucar a las personas con un torbellino de sensaciones, que van desde nuestros más ocultos anhelos hasta la mayor de nuestras inseguridades. Diseñado para provocar emociones, sentir el dolor del indefenso y una creciente satisfacción cuando este consigue hacer justicia contra su malhechor.
Sin embargo, este idílico cine mostraba y sigue mostrando esa inquietud en la sociedad por la sexualidad femenina. Así, encontramos escenas donde las mujeres son violentadas por un asesino al cometer adulterio. En Dressed to Kill (1980) una mujer sexualmente frustrada comete una infidelidad y, por ello, es asesinada en un ascensor. El asesino en muchos casos va tapado, permaneciendo oculto, por lo que el espectador centra la mirada aterrorizada en la mujer ensangrentada tirada en el suelo.
Otra idea muy difundida en el cine de terror era el de la locura femenina. Una mujer, como consecuencia de un trauma o un momento impactante que le haya llevado a desquiciarse, comienza a cometer una serie de asesinatos. Por tanto, existían solo dos roles: o el de víctimas frágiles que desaparecieran rápido de la historia dejando un bonito cadáver o seres culpables de todos los males y, mejor si están locas.
Tampoco debe olvidarse el famoso subgénero del Slasher nacido en los años 80 y que tanta presencia ha tenido en este tipo de cintas. Se caracteriza por la presencia de un maníaco asesino que decide acabar con la vida de un grupo de jóvenes que, casualmente, se encuentran en un lugar apartado. Con él surgió el arquetipo de Final girl siendo una mujer que logra sobrevivir a los ataques y las persecuciones del asesino. Vive un auténtico infierno viendo morir a cada uno de sus amigos. Se convirtió en un recurso muy usado como un intento de empoderamiento femenino fallido. Fue el caso de Jamie Lee Curtis en Halloween (1978), Heather Langenkamp en A Nightmare on Elm Street (1984) o Marilyn Burns en The Texas Chain Saw Massacre (1974).
Sin embargo, también existen memorables papeles de mujeres que lucharon por estar al mismo nivel que el resto de sus compañeros y que son dignas de mención. El cine de terror ha permitido desempeñar más papeles a la mujer y verse más minutos en pantalla. Esto fue aprovechado por muchas para desviarse de esa trama mecánica y obsoleta que las cosificaba y desarrollar una personalidad compleja que brillara por sí sola. Cambiaron la forma de ver el terror. Ese fue el caso de Mia Farrow en Rosemary 's Baby (1968), Linda Blair en The Exorcist (1973) u otras más actuales como Emily Blunt en A Quiet Place (2018) o Lupita Nyong’o en Us (2019).
Muchas de estas actrices pertenecieron a la segunda mitad del siglo XX, cuando se ofreció una nueva visión del cine de terror orientado a lo invisible. Cierto es que muchas personas añoran aquellos largometrajes construidos por complejos e increíbles papeles femeninos. Pero, como he dicho al principio del artículo, el cine es un claro reflejo de la sociedad en la que vivimos y sus cambios modifican la forma de hacer cine. Nuevas ideas deben de ser adaptadas a la gran pantalla.
La mujer ha dejado de lado el papel o la imagen de objeto pasivo y victimista para pasar a participar activamente en las tramas de una forma realista. El cine es un medio excepcional para mostrar lo que se piensa ante la sociedad y, en especial, el terror sigue captando la mayoría de las miradas en las salas de cine. Directoras han aprovechado esto para difundir una nueva corriente que se aleje de la vieja imagen de “seductora demoníaca malvada” acercándose a un cine más feminista e igualitario. Directoras como Julia Ducourau (directora de Raw del 2007), Jennifer Kent (Babadook del 2019), Jen y Sylvia Soska (American Mary del 2014) o Anna Biller (The Love Witch del 2016) buscan escribir historias que se acerquen más a la realidad femenina, profundizando en sus propias necesidades. Con una gran carga simbólica tratan de acabar con la represión de una mirada mayoritariamente masculina y manifestar su propia identidad. Se busca poner en escena nuevas metáforas de los miedos sociales dando un giro a los roles y clichés constantes de las mujeres en el cine de terror.
Con motivo de la víspera de la noche más terrorífica del año y, sin duda, de mis favoritas, quiero recomendar una serie de cintas que forman parte de esta nueva corriente del cine terror con una vuelta de tuerca hacia una realidad más feminista.
Teeth (2007)
Esta comedia de terror sigue la historia de Dawn, una joven cristiana muy comprometida con la comunidad y con su objetivo de castidad antes del matrimonio. Sin embargo, tras conocer a Tobey, comienza a tener deseos que chocan con sus creencias. Todo le confunde más al descubrir, como ocurría con el antiguo mito de la vagina dentada, que su sexo posee afilados dientes.
Puede que, hoy en día, la gente vea como un disparate que una película se base en un mito así, pero este estaba extendido en multitud de culturas en la antigüedad. Una creencia de mujer desestructurada y endemoniada que podía acabar con el poder del hombre castrandolo y privandole de disponer en cualquier momento de la mujer que quiera.
Teeth se apropia del mito llevando esa metáfora de la castración a la pantalla de una forma literal. Crea una heroína que busca su empoderamiento partiendo de una situación traumática, una agresión sexual. En la cinta se observa cómo la religión desea que repudie su cuerpo y el placer que le proporciona, así como el ocultamiento de la cultura de los símbolos de genitales femeninos, hechos que se acabará cuestionando la protagonista.
Eat (2014)
Esta película lleva a la pantalla la historia de Novella McClure, una actriz treintañera en plena crisis. Lleva tres años sin rodar y, a causa de su edad, le obsesiona la idea de que entra en una época en la que los productores quitan los ojos de ella por una caducidad próxima. Además de esto, va a ser desahuciada por su casera al no poder pagar el alquiler. Pronto su hábito de mordisquear sus padrastros dará paso a un deseo obsesivo por devorarse a sí misma.
No siendo para estómagos sensibles, esta película logra retratar el obsoleto ideal de belleza en el cine y la presión carnal a la que están sometidas las actrices. Más allá de su esfuerzo y talento, Novella se ve frustrada por las demandas en un sentido más carnal. Esta cinta da a entender cómo esas brutales exigencias pueden provocar el surgimiento de trastornos alimenticios entre las más jóvenes y adultas.
The descent (2005)
Tras el accidente en el que pierde a su marido e hija, Sarah decide reunir a sus amigas más cercanas para ir a hacer un tramo de espeleología. Cada vez le es más difícil descender por la cueva, mientras que algo o alguien desde las profundidades pretende cazarla.
Esta cinta logra romper con el mito de que la mujer fuerte es aquella atlética que es capaz de plantar cara y patear culos a quien se ponga por delante. The descent muestra mujeres realistas. Les gusta el ejercicio, pero también se caracterizan por otras cualidades que van desde la profunda dulzura y empatía, hasta la competitividad más radical. Esa fortaleza no se identifica con la imagen tradicional de mujer ruda, sino con esta protagonista. Deprimida y con un trastorno de estrés postraumático, se observa cómo en los momentos de reacción sus fragilidades también forman parte de ella.
A girl walks alone at night (2014)
La protagonista de este relato poca relación tiene con la vulnerabilidad que nos evoca el título de esta película. Una joven iraní inquietante y misteriosa vestida con un hiyab se dedica a observar las vidas de un joven con un padre drogadicto, una prostituta cansada o un camello perdonavidas.
Se trata de una vampira que, valiéndose de la imagen de chica sola y vulnerable que vuelve a casa por la noche, busca atraer y ajusticiar, en especial, a los hombres que han abusado de mujeres. Con una estética que roza lo fantástico y expresionista, se logra ejemplificar esa historia antigua del odio hacia las mujeres.
Babadook (2014)
Amelia ha criado sola a su hijo Samuel desde que enviudó justo cuando iba a dar a luz. Su hijo de seis años es imaginativo e inteligente, pero también es conflictivo y exigente. Desde que una noche la madre le leyó un inquietante cuento, el niño comienza a tener una serie de incesantes pesadillas que amenazan con llevarse a los dos.
Esta película logra reflejar de forma realista la experiencia de la maternidad, así como otros fenómenos que la acompañan: soledad, cansancio, dificultades, etc. Una profunda reflexión sobre esta época de la vida por parte de una madre que es incapaz de sobrellevar el dolor de la crianza de un hijo. La cinta profundiza en la relación entre madre e hijo basada en una creciente sobreprotección y la existencia de una rabia oculta.
Raw (2016)
Justine ha nacido en el seno de una familia vegana donde cualquier atisbo de carne está totalmente prohibido. Sin embargo, al llegar a la universidad para continuar con la tradición familiar en veterinaria, comienza a despertar un deseo por probar la carne como forma de verse aceptada entre sus compañeros. Esto acabará despertando un ansia caníbal en ella.
Además de contar con una protagonista femenina, la cinta también trae otras subtramas protagonizadas por mujeres. Sin embargo, lo que más llama la atención es cómo la directora usa el tema del canibalismo como una metáfora de la represión sexual hacia las mujeres. Una oda a la liberación de la mujer de la obsesión histórica del hombre a controlar su sexualidad por creerse dueño de su cuerpo. La película trae un punto de vista femenino ante el dogma moral impuesto y la represión sexual que las obras culturales han impuesto a las mujeres.
Con el repaso de estas increíbles, y algunas poco conocidas, películas, ya tenéis plan para este Halloween… No tengáis miedo de ver a mujeres fuera de los roles impuestos por el cine de terror, mujeres con brillantes papeles y, en especial, realistas. Solo disfrutad de la noche más terrorífica y única del año.
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